Descarrilamiento del tren, en Santiago de Compostela
Servicios de emergencia trabajan en
el lugar del accidente de tren en Santiago
de Compostela.
Quiero mandar todo mi apoyo a las familias de las víctimas, y decirles por si les sirve de consuelo, que nunca una tragedia ha inspirado un sentimiento tan profundo.
Los gallegos llevamos el dolor dentro, en silencio, sin gritos, sin hacer
ruido porque tenemos el alma desgarrada.
Y es que por desgracia los gallegos sabemos mucho de eso.
Las tragedias nos han imprimido carácter, y fuerza, y hemos aprendido a
transformar el dolor en coraje, valentía, altruismo y solidaridad.
Vista del tren Alvia que cubría la
ruta entre Madrid y Ferrol y que descarriló cuando ya estaba muy cerca de
Santiago de Compostela
Somos un pueblo valeroso y unido, no dudamos ni un momento en socorrer y ayudar a la gente que más lo necesita. Nos sale de dentro porque lo llevamos en la sangre.
Todos los medíos de comunicación elogiaron él comportamiento y altruismo de todas las personas qué, desde los más jóvenes a los más mayores, acudieron a socorrer a las víctimas dándole apoyo moral, mantas, comida, llevándolos a sus casas y donando su sangre.
La
tierra gallega está plena de vida de nuestros
antepasados; todos los gallegos llevamos en la sangre los genes de un pueblo
desarrollado, guerrero y agrícola.
Los
romanos nos llamaron «celtas» porque significa «héroe»; decían que por nuestra
sangre corría la fuerza del jabalí y la sabiduría del unicornio.
PLINIO
dijo de los gallegos que fuimos numerosos pobladores, valerosos, inteligentes y
aptos para el progreso.
En todas las redes de comunicación cientos de jóvenes no dejaban de
escribir: “me siento orgulloso de ser gallego”.
Estamos con vosotros y nunca se os va a olvidar.
24 de julio del 2013
Autora del texto: Guadalupe Aguilera.
Bibliografía consultada y textos extraídos de:
Publicación en formato digital el 25/07/2013 en:
Las imágenes del accidente de Santiago (lavanguardia.com)
-Los otros datos que contiene esta historia son de apuntes recopilados por Guadalupe Aguilera; de autores que desconoce y por informaciones de las que se nutre “que no han sido escritas”.