Los druidas creían en la reencarnación. También decían que hay una frontera que separa a los vivos de los muertos y que una vez al año la frontera se abre para que puedan venir a visitarnos del 31 de octubre al 01 del mes de noviembre.
Es entonces cuando hay la posibilidad de que el espíritu
de algún familiar fallecido pueda entrar en contacto con la persona viva.
En Galicia hay muchos testimonios y leyendas que cuentan que en las encrucijadas y cerca de los cementerios después de las 12 de la noche se tiene visto pasar en procesión a la Santa Compaña que estaba formada por seres inmateriales “las ánimas del purgatorio”. Las fechas más señaladas y cuando tenían su aparición era en San Juan (23 de junio) y por difuntos (31 octubre y 01 de noviembre).
Los mayores avistamientos se producían por las Rías Baixas, especialmente en el mes de noviembre. Sí alguna persona tenía que salir de casa por la noche llevaba consigo una cruz, cuernos de escarabajo y cabezas de ajo para protegerse.
Cuando se ve venir la procesión de la Santa Compaña lo mejor es huir, pero si no da tiempo, o no se tiene por donde huir, hay que hacer un circulo en la tierra y meterse dentro del círculo, acostado boca abajo con los brazos en cruz, y a ser posible apretar fuertemente con las manos unos palos o piedras.
Deberás permanecer inmóvil, aunque pase por encima de ti. De este modo la Santa Campaña pasará de largo. Solo cuando veas que ya está muy lejos, podrás levantarte
Hoy en día, todos los años desde el paleolítico del 01 de noviembre al 11 de noviembre los gallegos continuamos con la tradición de liberar a las almas asando castañas por San Martiño.
Porque sabemos que por cada castaña asada que comemos se libera un alma del purgatorio, que se unirá a los vivos a nuestra fiesta del magosto.
Bibliografía consultada y Textos extraídos de: