Mientras se calentaba el café fui pasando las páginas del periódico hasta que de pronto vi una fotografía que me impresionó, la noticia decía así: “Una pareja de esqueletos humanos ha permanecido abrazada uno frente al otro con sus brazos y piernas también superpuestas a manera de abrazo, desde hace 6.000 años".
La sepultura ha sido descubierta por un equipo de arqueólogos cerca de Mantova, en el norte de Italia. Elena Menotti que dirigió el equipo de excavación ha afirmado que expresan un sentimiento, una carga emotiva y una ternura de difícil interpretación, que los dos esqueletos corresponden a un hombre y una mujer muy jóvenes porque sus dientes estaban intactos y sin desgastar.
Los esqueletos serán recuperados ( sin separarlos )y luego serán expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Mantova. Los descubridores los han bautizado con el nombre de “los amantes de Valardo”.
Recuerdo que faltaban pocos días para la celebración de San Valentín (el día de los enamorados) entonces quise buscar entre mis piedras la información sobre esta historia de amor, y una de ellas me contó que el filósofo Rousseau opinaba que el ser humano se junta con otros o busca pareja no por utilidad, sino porque sin el otro nos sentimos mutilados. Esto tiene una explicación y para ello tendremos que remontarnos a nuestros orígenes.
Según Platón en los primeros tiempos de la humanidad Dios creó a un ser a su imagen y semejanza; hombre y mujer formaban un solo ser, un solo cuerpo con dos sexos, y con una mente masculina y femenina por lo que su inteligencia, fuerza y vigor eran extraordinarios. Pero como también eran orgullosos quisieron prescindir de los dioses y se sublevaron.
Cuando perdieron la batalla los dioses deliberaron que hacer con los andróginos, pues este era el nombre que teníamos cuando formábamos un solo ser. Entonces Zeus dijo: “la obra es buena, es una pena aniquilarlos, propongo debilitar sus fuerzas y su mente para que no vuelva a ocurrir y no pretendan rozar lo divino, seccionaré en dos a cada uno de ellos”
Cada uno de nosotros es pues la mitad complementaria del otro y desde entonces andamos por ahí como círculos incompletos como una “c” buscando nuestra mitad. Como dice el refrán: “Nuestra media naranja que nos permita cerrar el círculo para sentirnos completos”.
Esto es muy difícil de encontrar en medio de tantos miles y millares de personas. Podemos tener suerte y encontrar alguna pieza que se adapte y podemos ir funcionando, pero nuestra pieza original que es la que nos llena al 100% solo muy pocos humanos la han encontrado, y cuando esto ocurre los dioses nos hacen pagar un alto precio porque ese amor próximo a lo divino, desmesurado, absoluto y perfecto solo está reservado para los dioses.
6 PENSAMIENTOS EN ““NI LA MUERTE LOS SEPARÓ””
- Maravillosa Historia…. lo que parece verdadero amor, un amor bilateral, no existe por mucho tiempo, los Dioses o quien sea…. no lo soportan y lo truncan para que termine de una forma o de otra, o se vuelva unilateral..! Enhorabuena de nuevo.S@LU2
- Siempre es apasionante leerte, más cuando en la historia que cuentas siempre se puede encontrar algún dato nuevo con el que disfrutar conociéndolo.
- Qué bonito viaje a través de las historias de diferentes amantes de otras épocas. Como tú dices detrás de las leyendas hay un origen. Después, la imaginación de los que cuenten las historias, les añadirá sus propios elementos. Unos nos gustan más o menos, depende de quien las cuente y así estas historias pueden repetirse en diferentes culturas, ambientes y épocas. El mejor ejemplo el que expusiste tú en tu artículo.Gloria.
- Preciosa historia,que pena que termine con un final tan tragico.Enhorabuena me ha gustado mucho.Un saludo ,
- A veces el destino es cruel, pero seguramente que el tiempo que pasaron juntos no ha sido en vano. Pues si es amor verdadero, seguirán unidos en el más allá!Una historia peciosa, muchas gracias.Por cierto bonita piedra
- Me parecen unas istorias muí interesantes