miércoles, 29 de octubre de 2014


           

 Las incomparables mujeres celtas



Me llamo Guadalupe Aguilera. Las piedras que encuentro en mi camino, que dibujo y grabo, nos cuentan la historia del mundo, mitos y leyendas. Espero que os guste.
El gravado de esta piedra “Infinito” representa la evolución constante de la sabiduría y del conocimiento.
Este símbolo era intercambiado entre los amantes celtas para que la relación fuera imperecedera, el complemento, el apoyo y la fusión de la pareja.

Las mujeres celtas gozaban de los mismos privilegios que el hombre celta. De niñas aprendían a luchar, a montar a caballo y a defenderse de las serpientes y osos. Defendían su hogar como lobas en celo: con puñetazos, patadas, uñas y dientes.
Eran muy limpias, se bañaban dos veces al día mientras que las patricias romanas lo hacían una vez al mes. Cuidaban su piel y además sabían cocinar muy bien.

No les servía cualquier hombre, tenía que ser guapo, fuerte, valiente, y que tuviese unos enormes mostachos bien arreglados, para ello los celtas inventaron las tijeras.

Los celtas no le daban importancia a la virginidad. Cuando una mujer celta deseaba a un hombre lo buscaba de una manera directa y abierta y podía juntarse con él cuando le apeteciera descaradamente.
Se admitía la poligamia y se practicaba lo que los celtas llamaban” la amistad de los muslos”.
Una mujer podía compartir un grupo de diez o doce hombres, sobre todo entre hermanos y entre hermanos e hijos. Las mujeres celtas no eran propiedad de su marido, solo eran compañeras en una aventura matrimonial y si las cosas no marchaban bien se divorciaban.
Podían heredar propiedades y administrar sus bienes, y aunque los bienes eran compartidos dentro del matrimonio esto no afectaba a la propiedad legal de cada uno, por lo que ella podía disponer libremente de sus posesiones, y en caso de separación cada uno recuperaba lo suyo.

La riqueza también iba unida a la autoridad, si la esposa era la más rica de los dos ella era quién mandaba. Los hijos siempre eran propiedad de la madre, porque dada la promiscuidad era muy difícil saber quien era el padre.

Todo lo contrario, ocurría con la mujer griega que tras el matrimonio tenía que entregar todas sus posesiones al marido, dedicarse a las labores de la casa y mantenerse fuera de la vista cuando el marido llegaba a casa con sus amigos. Si quería salir de casa, ir a alguna celebración religiosa o al teatro tenía que ir acompañada de otra mujer o de una esclava. 

Si la mujer era romana, no solo tenía que darse a respetar sino que tenía que estar por encima de toda sospecha, la infidelidad era muy castigada y las sentencias podían llevar a la pena de muerte, por lo que solo podían encontrar amantes entre los que no les importaba correr riesgos.
Lo peor es que cuando quedaban en cinta de un amor ilícito antes de que su esposo lo llegase a saber abortaban y si el esposo estaba ausente esperaban a que naciese el niño para matarlo o abandonarlo en el bosque.

En el mundo celta no se admitía el aborto y cuando encontraban algún niño abandonado lo adoptaban y lo criaban como si de un hijo propio se tratara, lo mismo hacían con los huérfanos de guerra. Cosa que no hacían los romanos que cuando encontraban a un niño abandonado solían matarlo y si no lo mataban lo vendían como esclavo o lo entregaban para hacer algún sacrificio humano.

Sin embargo, los griegos preferían criarlo para después utilizarlo en juegos sexuales y orgías, y cuando su amo o señor tenía que ir a combatir a la guerra lo llevaba como esclavo. Además, tenía que satisfacer los deseos sexuales de su señor y muchas veces de los otros oficiales.
Por ese motivo las mujeres celtas antes de ver esclavos o torturados a sus hijos preferían matarlos ellas mismas con sus manos.
La valentía de las mujeres celtas era incomparable, antes de entrar en combate se desnudaban y ponían en su cuello un torque (collar protector de los dioses) lo mismo que hacían los hombres.
Después se lanzaban a la lucha como fieras salvajes (desnudas) con sus largas melenas al viento empuñando con fuerza la espada mortal de doble filo (acabada en punta inventada por los celtas) gritando y chillando con unos alaridos desgarradores que no eran humanos ni de animal, parecía llegados de otro mundo, y que hacían retroceder “acojonados” al más valiente de sus adversarios.

César decía a sus hombres: “Una hembra celta es una fuerza peligrosa a la que hay que temer, ya que no es raro que luchen a la par de sus hombres y a veces mejor que ellos”.

Los celtas no eran salvajes, lo que ocurre es que desde tiempos muy remotos habían adquirido de las tribus nómadas la costumbre de hacer sacrificios humanos, y eso lo miraban como algo normal.

Otra de sus costumbres era “la cosecha de guerra” consistía en traer colgando del fuste de la silla las cabezas decapitadas de sus enemigos como si fueran ristras de ajos.

No sé por qué los romanos llamaban salvajes a los celtas cuando eran de todas las culturas los más hospitalarios; si llegaba un desconocido primero le ofrecían comida, después venían las preguntas.
Eran románticos, les gustaba tocar la lira y cantar historias de trágicos amores alrededor de una hoguera.

En el mundo celta había historiadores, druidas, poetas, médicos, instructores/as de armas, reinas etc. No maltrataban a las mujeres, las respetaban y las defendían por ser dadoras de vida, lo mismo que hacían con la Diosa Madre: La Tierra.

Texto y foto: Guadalupe Aguilera
guadalupeaguileramendez@gmail.com

Bibliografía consultada y Textos extraídos de:
-Rutherford, Ward (1993). El Misterio de los druidas. Colección Enigmas de la Historia. Barcelona: Ediciones Martínez roca, S.A. 1994
-Los otros datos que contiene esta historia son de apuntes recopilados por Guadalupe Aguilera; de autores que desconoce y por informaciones de las que se nutre “que no han sido escritas”.

8 comentarios en “Las incomparables mujeres celtas

  • el 26/10/2014 a las 6:49 pm
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    Gracias por tu lección de historia. Es muy interesante saber algo de la cultura celta que aunque haya quienes digan que en Galicia no hubo celtas, al menos pasaron por aquí por los restos que nos dejaron y las costumbres que hemos heredado. Yo soy de la época en la que apenas se estudiaba en los colegios la historia de Galicia y me interesa todo lo que se relacione con esa época.
    Otra vez gracias por tu lección de historia.
    Gloria.

  • el 27/10/2014 a las 9:25 pm
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    La piedra está chulísima, como siempre…. el camino de las mujeres no ha sido fácil a lo largo de toda la historia..y han tenido que demostrar más para los mismos derechos. Olé por las mujeres Celtas y enhorabuena por tu historia!

  • el 28/10/2014 a las 1:28 pm
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    Las mujeres celtas son incombustibles y mas viendo las mujeres de aquí, de la República dominicana. Un abrazo muy fuerte desde el Caribe y continua enseñándonos con tus historias
    Vivan las Celtas

  • el 29/10/2014 a las 8:26 pm
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    Gracias Guadalupe por esta historia tan interesante que nos cuentas sobre las mujeres celtas,la cultura celta es fascinante ,ya que en efecto se respetaban por igual hombres y mujeres.Una mujer llamada Kinimara que habia sido violada,logro cortarle la cabeza a su agresor, y se la llevo a su marido para enseñarsela,caramba con ella eh….
    Y otra vez gracias por contarnos estas historias tan autenticas; Un abrazo

  • el 30/10/2014 a las 9:21 pm
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    Claro esta que los celtas estuvieron en Galícia ,pruebas hay de sobra ,de su paso por nuestra tierra.Las mujeres celtas ( gallegas )fueron y siguen siendo un ejemplo de carácter y fortaleza ,ejercían de madre y de padre,cuando el hombre se iba a la mar ,o emigraba a otras tierras ,ellas cuidaban la casa y los bienes y lo defendían con uñas y dientes , (como lobas )cuidaban a sus ancianos y tiraban de la vida ,sin problema alguno ,a todo buscaban solución .Fueron y somos ,un ejemplo para otras culturas. Gracias por tu artículo ,muy interesante, como todos los tuyos .un saludo.

  • el 02/11/2014 a las 11:23 pm
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    Me parece super interesante la cultura celta aqui en huelva tambien tuvimos a los tartesos la civilizacion mas antigua en españa y es muy bonito el dibujo de la piedra si quisiera una como podria conseguirla?? muchas gracias..un saludo y no dejes de escribir y de informar a la gente…

    • el 03/11/2014 a las 11:45 am
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      Hola Juanma, me alegro que te haya gustado la piedra “Infinito” eso demuestra que eres una persona muy sensible y que vas en busca de la estabilidad y el conocimiento. Los egipcios eran unos apasionados de las piedras y las tallaban a mano, lo mismo que hago yo” pero sin tanta perfección porque no me puedo considerar siquiera una aprendiz”por lo tanto son piedras únicas que no están a la venta, que influyen en mi estado de animo y me cuentan historias y sucesos que la humanidad había olvidado.
      Gracias por leer mis historias y que mis piedras a través de la pantalla os den serenidad e influencias positivas.
      Atentamente
      Guadalupe Aguilera.

  • el 05/11/2014 a las 5:44 pm
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    Tengo una amiga que se llama Olga Vázquez, que me dice que le gustan mucho tus historias porque aprende mucho de ellas y quiere que te diga que esta completamente de acuerdo con el comentario de Carmen.Un saludo.