“El Tren de la vida 2024”
Me llamo Guadalupe Aguilera.
Las piedras que encuentro en mi camino, que dibujo y grabo, nos cuentan la historia del mundo, mitos y leyendas.
Espero que os guste.
Se puede decir que el Tren de la vida, llegó a mis manos por
azar, por suerte, o porqué sabiendo que me gustan las historias me lo enviaron
en un sobre. El texto del “Tren de la vida no estaba completo”, o eso es lo que
a mí me pareció, que le faltaba algo más por terminar.
Recuerdo que era el mes de diciembre del año 2013 y, estaba
deseando llegar a casa. Venía cargada con las bolsas del supermercado y aún
tenía que hacer la comida para mis hijos y luego marcharme a trabajar.
Abrí el portal del edificio y al pasar por delante de los
buzones vi qué mi buzón estaba repleto de propaganda. Llamé al ascensor y
mientras éste bajaba quité toda la correspondencia del buzón. Pero algo llamó
mi atención. En medio de la propaganda había un sobre grande de color blanco
cerrado, y solo ponía mi nombre.
Estaba deseando abrir el sobre y leer su contenido. Pero por
falta de tiempo no me quedó más remedio que meterlo en el bolso y llevarlo
conmigo a mi empresa.
Cuando llegó la hora del descanso, un poco nerviosa, procedí a
abrirlo y leí “El Tren de la vida”.
El autor era desconocido. Cuando lo leí me emocioné, y me gustó
tanto qué sin pensarlo lo envié a la Revista del Centro Social de Coya para que
lo publicara, y el día 28 de diciembre del 2013, todos los seguidores de esa
revista pudieron leer una parte del texto del Tren de la vida.
Mi intuición no me falló. Le faltaba contenido, y después de 11
años el 24 de mayo del 2024 navegando
por internet he vuelto a encontrar “El tren de la vida” y su final.
Mis felicitaciones y mi enhorabuena al autor o autora del Tren
de la vida.
El Tren de la Vida.
La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y
cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y
profundas tristezas en otros.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros
padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado. Pero en alguna estación
ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su
compañía y su amor irreemplazable.
No obstante, muchas otras personas que serán muy especiales y
significativas se irán subiendo al tren de nuestra vida, nuestros hermanos,
compañeros de clase, amigos y en algún momento el amor de nuestra vida.
Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo. Otros
durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza. Y siempre
encontraremos quienes estén dispuestos a ayudar a los más necesitados.
Muchos al bajar, dejan un vacío permanente. Otros pasan
desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta qué desocuparon sus asientos.
Es curioso ver como algunos de los pasajeros aún los seres
queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro. Durante todo el trayecto
están separados, sin que exista ninguna comunicación.
Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si
existe buena voluntad de nuestra parte. De lo contrario, puede ser tarde y
encontraremos a otra persona en su lugar.
El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías,
alegrías, tristezas, esperas y despedidas.
Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros,
buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer.
En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y
probablemente precisaremos entenderlos, pero recordemos que nosotros también
muchas veces titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.
El gran misterio para todos es que no sabemos jamás en que
estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de
viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.
A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren
¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia…? Separarme de los amigos que hice
en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste.
Pero me aferro a la esperanza qué en algún momento, tendré la
gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no
tenían cuando iniciaron su viaje.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos
crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.
Amigos, hagamos que nuestro viaje en este tren tenga
significado, que haya valido la pena.
Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar,
nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el
Tren de la vida. Feliz viaje.
Foto y Texto: Guadalupe Aguilera.
Bibliografía y datos extraídos de:
-Los otros datos que contiene esta historia son de apuntes recopilados por Guadalupe Aguilera; de autores que desconoce y por informaciones de las que se nutre “que no han sido escritas