lunes, 1 de abril de 2013

Galicia y las lágrimas de Atlas



                  
 Galicia y las lagrimas de Atlas.


Las piedras que encuentro en mi camino, que dibujo y grabo, nos cuentan la historia del mundo, mitos y leyendas.
Espero que os guste.


En el planeta Tierra, además de la raza humana existieron otras razas. Algunas convivieron con el hombre.
La Biblia solo nos cuenta la historia de un gigante llamado Goliat, pero también ha quedado constancia de la existencia de esta raza en el “Éxodo”, cuando Moisés llega a la tierra prometida de Canaán y se encuentra con grandes ciudades amuralladas y hombres robustos que parecían gigantes.

“Entonces el pueblo hebreo lloró y gritó: – ¡Cuánto mejor hubiera sido para nosotros que nos hubiésemos quedado en Egipto!– Esta gente nos matará, a su lado parecemos langostas.”

Estos seres conocidos por “nephillin” o “gigantes” se diferenciaban del ser humano por su altura, musculatura e inteligencia. Se decía de ellos que eran “híbridos”, semidioses fruto de las relaciones prohibidas de ángeles con las hijas de los hombres, que por aquel entonces eran muy bellas (Génesis 6, versículos 1 a 4).
El diluvio Universal elimina de un plumazo a estos seres, al igual que hizo con los dinosaurios. Estos dioses, semidioses y sus hazañas mueren con el diluvio. Su culto ahora ya pagano, desapareció con la caída del imperio romano.
Poseidón, Zeus, Thor, Odín, Hércules, Afrodita, Ulises, Aquiles etc. Dioses y campeones, pasan a formar parte de mitos y leyendas para dar paso al monoteísmo, la fe en un único Dios. Ya nadie les erigirá altares ni les hará ofrendas. Sin embargo, hoy en día, siguen llegando a Galicia peregrinos de todo el mundo para ver un fenómeno pagano de remotísimo origen que se repite todos los años en el mes de agosto.
Mucho antes de que naciera Jesús, la humanidad ya viajaba incansablemente hacia el final del mundo, al oeste, siguiendo la Vía Láctea. A este sendero o camino le llamaban “el camino de la gran perdonanza” porque iban buscando perdón y ayuda al dios Atlas. 
Por el camino dejaban marcas y señales para que otros peregrinos que venían detrás no se perdieran y, al final de la Vía Láctea, en un punto de Galicia llamado “Fisterre” (Finisterre), al oeste, en los confines de la tierra, es donde tenía su reino el gigante Atlas.
Este gigante ere un dios atlante. Su padre se llamaba Yápeto y su hermano Prometeo. Siempre ayudaron a la raza inferior: la de los hombres.

Atlas y su familia pertenecían a una civilización muy avanzada. El continente donde vivían se llamaba Atlántida y desapareció en las aguas hace 9.000 años. Los poquísimos supervivientes demasiado débiles para reconstruir el mundo, asumieron como misión divina errar por el planeta y educar a los primitivos habitantes.

Platón cuenta que los atlantes trazaron mapas del mundo 4.000 años antes de que los egipcios construyeran las pirámides. Sabían de astronomía y astrología, matemáticas, física y química. Entre ellos había grandes ingenieros y arquitectos y transportaban minerales que convertían en metal.
El hermano de Atlas, Prometeo, fue el que enseñó a los hombres la magia del fuego para que pudiéramos sobrevivir.

Zeus, que nos utilizaba como mano de obra, se dio cuenta que estábamos aprendiendo muy rápido y que la raza humana podía llegar a ser tan inteligente como lo eran ellos. 
Un día Zeus llamó a Atlas y le ordenó que no siguiera enseñando ni ayudando a los hombres. Atlas se negó a obedecer y Zeus ordenó a los gigantes de otros reinos que lucharan contra él.

Atlas libró numerosas batallas por defender a los hombres, pero tras una dura batalla sucumbió, y el padre de todos los dioses lo condenó a sostener la bóveda del cielo sobre sus hombros. Atlas lloró desconsoladamente su derrota.
 Desde entonces, miles de peregrinos llegan a Galicia siguiendo el camino de la Vía Láctea para ver sus lágrimas.
Considerado por la Iglesia Católica como un fenómeno pagano, ésta le cambio su nombre. Las lágrimas de Atlas pasaron a llamarse “las lágrimas de San Lorenzo”.

Una vez más, el brazo eclesiástico hizo de nuevo lo que tan magníficamente sabe hacer: inventar santos inexistentes, transformar las celebraciones de los antiguos dioses de la humanidad en fiestas cristianas o maquillar las vidas de personajes populares casi siempre paganos para ajustarlas a los cánones romanos de la santidad.

 Las piedras son las guardianas de los secretos de la humanidad y gracias a sus grabados nos acordamos de historias que se habían perdido en el tiempo de la cuales nuestros abuelos fueron los protagonistas.



Autora de texto y foto:
Guadalupe Aguilera



Bibliografía consultada y Textos extraídos de:

(1)   Alvarez de Bargas, 

(2)   Soler Claudio; Quirón Mónica .”El Enigma del Arca de Noe y el Diluvio”. Enigmas de Historia.
-Los otros datos que contiene esta historia son de apuntes recopilados por Guadalupe Aguilera; de autores que desconoce y por informaciones de las que se nutre “que no han sido escritas”.

2 PENSAMIENTOS EN “GALICIA Y LAS LÁGRIMAS DE ATLAS


  1. Interesante historia, como siempre….y el dibujo tallado en la piedra es una pasada, enhorabuena de nuevo, s@LU2
  2. Que historia más bonita!! la verdad que ya podían hacer una película con ella! del estilo de la de otros dioses como la de “Thor” (que protagonizó el marido de Elsa Pataky). El dibujo de la piedra también es precioso, me encanta
    Un saludo